Y al amor, solo le damos lo que se nos escapa de la sombra, todo aquello que su magnificencia representa, el hecho de ser espontáneo y nuevo en el camino. Creemos en lo relevante siempre que impacte nuestras pupilas, pero hemos guardado el corazón, en un lugar tan secreto que a veces… ni nosotros sabemos donde ha quedado.
El esfuerzo que le pongo a este mensaje lleva como fin el acoplamiento con el camino, llevado a la reflexión. Por que amaremos la guerra solo cuando podamos perder la vida en ella, por que amaremos los mares solo cuando nos haya demostrado que puede hundirnos, por que amaremos el amor, cuando sepamos quien es en realidad. Pero estamos aquí en la espera, que todo lo que se haga sea hecho por su propia mano, por que nos ha hecho falta creer en el poder de la belleza, en el poder de los sentimientos humanos, que son sobrenaturales y naturalmente humanos.
Es por eso que hemos vestido nuestro pecho con vendas de ignorancia, ignorando el frió y caluroso viento que se cobija en nuestro estomago, que mora en nuestra garganta, y que escupe desde nuestros ojos; el espíritu.
Ahora hay que desvendarnos, y mirar con los ojos del tacto y del oído, por que has escuchado al viento llorar, contaminado de tu ceguera, por que has errado en el amor, que el amor como promesa es eterno. El error se muestra siempre exonerando nuestra lealtad de nosotros mismos, sin darte cuenta que la igualdad es el tesoro que debemos hallar en el camino, de esta manera nos alejamos cada vez mas. Y en el desequilibrio, rompemos las capas de nuestro suelo, creando divisiones.
Y al amor solo le damos lo que se nos escapa de las sombras, todo aquello que nos sobra en la superficie. ¿Cuándo le daremos lo que cada día vivimos? ¿Cuándo le daremos al amor nuestra comida? Nuestro sueño, nuestro saludo, esfuerzo, cada paso, el canto, el placer y nuestros ojos. Mirar con amor es darle a todos y a todo, todo lo que somos. Es una inversión, “lo que siembras cosechas” … si te das al cien, al cien tendrás la vida.
PD- No es imposible
Alejandro D Suárez Ayala.